lunes, 25 de enero de 2010

Las tres etapas de la primera infancia (III)

DE LOS 18 MESES A LOS 3 AÑOS

En la primera etapa, el niño lentamente ha ido aprendiendo a distinguir entre él y los demás. Alrededor de los 18 meses, comienza a comprender que no es el centro del Universo y que la satisfacción de sus necesidades depende de otros, por lo que intenta influir en el comportamiento de los demás.

En esta etapa, los niños se adaptan al mundo físico que les rodea definiéndolo con el lenguaje, habilidad que comienzan a adquirir, de la misma manera que en la anterior lo hacían a través de los sentidos. No obstante, van a seguir aprendiendo de las experiencias sensoriales, principalmente táctiles, a través de sus manos, pero ampliándolas mediante la manipulación de objetos.

El niño de esta edad busca sin parar nuevos descubrimientos explorando el mundo que le rodea. Si quieres fomentar su conexión con este mundo todavía desconocido para él, crea todas las oportunidades posibles de exploración poniendo a su alcance, en un área de actividades o en una simple cesta, una gran diversidad de objetos, tanto juguetes como objetos de uso cotidiano...o no tanto, tales como:

  • cacerolas y cazos
  • llaves
  • libros de tapas duras
  • papel de diferentes texturas
  • brochas
  • tejidos diversos, mallas de red
  • objetos elásticos
  • caleidoscopio

En este periodo predomina el juego, transformado en una experiencia sensorial, y la fantasía, por lo que muy probablemente se interesará menos por los juguetes cuidadosamente seleccionados que por el menaje de la cocina, es decir, por objetos que es capaz de transformar con la imaginación. Todos, creo, hemos visto cómo un niño desembala un bonito juguete... y se pone a jugar con la caja.

Procuremos, pues, ofrecerle objetos que no tengan una forma de uso definida, ni cuya utilidad sea alcanzar un objetivo concreto, sino que sean interesantes por sí mismos, por su forma, textura o por las posibilidades de uso que ofrezcan:
  • sombreros y pelucas
  • bloques de madera
  • cojines grandes, pouffs
  • cajas de cartón de distintos tamaños
  • grandes trozos de tela de diferentes colores y texturas
  • varillas
  • aros de goma
  • prendas de vestir de adultos
También son imprescindibles en esta etapa los cuentos y fábulas que, mediante la simbología, introducen al niño en la realidad del mundo que le rodea. Es interesante además que aunque nos necesite para leerlos, estén guardados a su alcance, en cestas en el suelo o en estantes muy bajos, para que pueda ir explorando su incipiente independencia eligiendo cuál quiere ver, por ejemplo. En definitiva, ayudémosles a crecer potenciando su ya de por sí insacible curiosidad.

miércoles, 13 de enero de 2010

Las tres etapas de la primera infancia (II) Todavía en la primera etapa del desarrollo, seguimos con los estímulos que proporcionan al bebé un vínculo con el mundo que le rodea: El sonido Ya antes de nacer, el bebé se relaciona con el mundo exterior a través del sonido. Los latidos del corazón de la madre, su voz, en un inicio, y todos los sonidos del ambiente en que se cría, más tarde, le proporcionan un marco de seguridad esencial para su desarrollo. Algunos objetos que pueden aportar sonidos a una habitación infantil en esta etapa, son:
  • Reloj de tic-tac
  • Metrónomo
  • Música clásica
  • Grabaciones de sonidos de la naturaleza
  • Móviles con sonido propio
  • Campanas tubulares ante una venana abierta

El tacto

Los vínculos táctiles son fundamentales en la primera infancia. No sólo, y por supuesto, el contacto con la madre y, en general, con otras personas cercanas, necesidad que trasciende la infancia y nos acompaña toda la vida y que probablemente tenga su origen en el sentimiento de seguridad y calidez del útero.

El niño necesita diferentes experiencias táctiles que le exciten y le motiven, y hay que ofrecerle tanto materiales (en objetos de juego, prendas de vestir, ropa de cama...), como entornos que se las proporcionen. En este sentido, el contacto táctil directo con la naturaleza ofrece experiencias únicas: la brisa sobre la piel, la diferencia térmica entre zonas en sombra y soleadas, sentarse sobre la hierba o la arena...